lunes, 24 de febrero de 2014

Mummy Has Oldest Case of Prostate Cancer in Ancient Egypt

Some 2250 years ago in Egypt, a man known today only as M1 struggled with a long, painful, progressive illness. A dull pain throbbed in his lower back, then spread to other parts of his body, making most movements a misery. When M1 finally succumbed to the mysterious ailment between the ages of 51 and 60, his family paid for him to be mummified so that he could be reborn and relish the pleasures of the afterworld.
Now an international research team has diagnosed what ailed M1: the oldest known case of prostate cancer in ancient Egypt and the second oldest case in the world. (The earliest diagnosis of prostate cancer came from the 2700-year-old skeleton of a Scythian king in Russia.) Moreover, the new study now in press in the International Journal of Paleopathology, suggests that earlier investigators may have underestimated the prevalence of cancer in ancient populations because high-resolution computerized tomography (CT) scanners capable of finding tumors measuring just 1 to 2 millimeters in diameter only became available in 2005. "I think earlier researchers probably missed a lot without this technology," says team leader Carlos Prates, a radiologist in private practice at Imagens Médicas Integradas in Lisbon.
Prostate cancer begins in the walnut-sized prostate gland, an integral part of the male reproductive system. The gland produces a milky fluid that is part of semen and it sits underneath a man's bladder. In aggressive cases of the disease, prostate cancer cells can metastasize, or spread, entering the bloodstream and invading the bones. After performing high-resolution scans on three Egyptian mummies in the collection of the National Archaeological Museum in Lisbon, Prates and colleagues detected many small, round, dense tumors in M1's pelvis and lumbar spine, as well as in his upper arm and leg bones. These are the areas most commonly affected by metastatic prostate cancer. "We could not find any evidence to challenge this diagnosis," Prates says.
"I would agree that it's a case of metastatic prostate cancer," says Andreas Nerlich, a pathologist at the Academic Hospital Munich-Bogenhausen in Germany, who was not involved in the research project. "This is a very well-done study."
Researchers have long struggled to detect evidence of cancer in the skeletons and mummified flesh of the ancient dead. But recorded cases of cancer in ancient populations are rare. Indeed, one study published in 1998 in the Journal of Paleopathology calculated that just 176 cases of skeletal malignancies had been reported among tens of thousands of ancient humans examined. The low number of cases prompted a theory that cancer only began flourishing in the modern industrial age, when carcinogens became more widespread in food and in the environment and when people began living longer, giving tumors more time to grow and proliferate.
But ancient populations, says Albert Zink, a biological anthropologist at the Institute for Mummies and the Iceman in Bolzano, Italy, were no strangers to carcinogens. Soot from wood-burning chimneys and fireplaces, for example, contains substances known to cause cancer in humans. And the bitumen that ancient boat builders heated to seal and waterproof ships has been linked to lung cancer as well as tumors in the respiratory and digestive tracts. "I think cancer was quite prevalent in the past," Zink says, "more prevalent than we have been able to see."
But that situation may be changing, Prates says, as physical anthropologists gain access to the new generation of high-resolution CT scanners. The equipment that Prates and his colleagues used to study M1, for example, has a pixel resolution of 0.33 millimeters, allowing radiologists to visualize even fleck-sized lesions.
For scientists studying the origins of cancer and the complex interplay of environment, diet, and genes on the prevalence of the disease, such improved detection could shed new light on a disease that has plagued humanity for many thousands of years, if not longer. "And for sure there's always the hope that reaching a better understanding of the roots of cancer will help contribute in some way to a cure," Zink concludes.


 http://news.sciencemag.org/2011/10/mummy-has-oldest-case-prostate-cancer-ancient-egypt?ref=hp

sábado, 1 de febrero de 2014

Soprendente Hallazgo arqueológico en la Patagonia

En el cerro Newen Antug, llamado Pocahullo ubicado en la ladera oriental del valle de Lacar, en San Martín de los Andes se realizó uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes de las últimas décadas. En la Patagonia, revela acerca de los primeros años de contacto entre los habitantes originarios y los conquistadores europeos.
Antu y Cuyen, en el encuentro entre dos mundos
En el cerro Newen Antug, llamado Pocahullo (muchas gaviotas) en idioma mapudungun y bautizado luego como Comandante Díaz –ubicado en la ladera oriental del valle de Lacar, sobre el cordón Chapaleco, en San Martín de los Andes–, arqueólogos de la Fundación Azara, el Área de Arqueología y Etnohistoria de la Municipalidad de San Martín de los Andes y la Universidad Maimónides realizaron durante 2013 trabajos de rescate arqueológico con resultados sorprendentes.
Las pistas ya eran sólidas y, conociendo las características singulares del registro arqueológico que afloraba en el lugar, se prepararon con muchas expectativas. Un mes después de arduo y meticuloso trabajo de registro de evidencias de las prácticas cotidianas de las sociedades con forma de vida tradicional similar a la conocida en el ámbito valdiviano de ambas vertientes cordilleranas, ¡aparecieron ellos!, los protagonistas que vienen a acompañar a los arqueólogos para contar su historia. Es en ocasiones en que, con la suerte necesaria –por ejemplo, que se den las condiciones naturales o artificiales para la conservación de artefactos y materias primas de distintas características y composiciones–, las personas del pasado pueden dejarnos testimonios de su vida; algunos a partir de estructuras monumentales o artefactos de fina manufactura, y otros tal vez sin nada material más que sus propios huesos para dar testimonio de su paso por este mundo. Pero todos dejamos algo.
En el Newen Antug fueron sepultados un número de individuos aún no determinado, pero los investigadores de la Fundación Azara se centraron en dos de ellos, que conmemorativamente fueron llamados Antu y Cuyen (Sol y Luna). ¿Cuál es la singularidad de su historia? Pues, que además de legarnos un registro muy bien conservado de su vida y su muerte, nos dan testimonio de un momento histórico poco conocido arqueológicamente en la Patagonia, que es el “contacto entre dos mundos”.
Antu y Cuyen son adultos que compartieron la tremenda experiencia de sobrevivir a las poderosas razias del poderío español durante su sangrienta conquista del territorio indígena. Durante las primeras décadas del siglo XVI, caracterizado como de “guerra a muerte”, los mariscales del adelantado y gobernador Pedro de Valdivia castigaban la rebelión armada (guerra) o pacífica (falta o incumplimiento a los requerimientos) como delitos de lesa majestad. Fue así como durante estos primeros contactos, los más tempranos entre los dos mundos, los nativos capturados en combate e incluso los poblados enteros que conspiraban contra la autoridad real, se resistían al trabajo forzado o se negaban al pago de tributo al adelantado de turno, eran reunidos y mutilados en forma colectiva. Sus manos, narices y orejas formaban montículos de terror que materializaba el poder soberano, el castigo real de orden divino.
El propósito de estas amputaciones masivas era causar terror, ya que los conquistadores esperaban que, luego de liberados, los nativos sobrevivieran lo suficiente como para mostrar o exhibir ante los demás el precio de su rebeldía o desobediencia. Un poco de suerte, mucha medicina tradicional y el cuidado social y familiar hicieron que personas como Antu y Cuyen sobrevivieran a amputaciones en sus extremidades superiores, al menos… Pero luego buscaron huir y refugiarse en el lugar más recóndito de su territorio habitual, donde no habían riquezas en oro y plata que alentaran a los codiciosos mercenarios, y por ende podían pasar desapercibidos, Eran los parias, sobrevivientes que se mantuvieron aislados del contacto con el mundo colonial todo lo posible, ya que su experiencia lo ameritaba. Vivieron en el Newen Antug, un lugar maravilloso donde, a pesar de sus limitaciones físicas, llevaron una vida plena, aunque siempre mirando hacia el occidente, a la expectativa de que humos o improvisadas embarcaciones sobre el lago Lacar anunciaran la presencia de “los otros”.
Las divisiones sexuales del trabajo parecen haberse perpetuado más a causa de sus castigos. Por ejemplo, Newen, quien fue enterrada con un niño, tenía un suntuoso ajuar de alfarería modelada y pintada, y molinos para procesar alimentos. Ella posiblemente cuidara y ayudara a sobrevivientes, ya que tenía todas sus extremidades. Antu no lleva muchas marcas, además de la aparente falta de su mano derecha, pero fue sepultado con delicadeza y su cuerpo adornado con almejas de agua dulce y ocre. Cuyen también fue adornada con ocre y almejas, pero además tenía aún su alisador de hueso de huemul en la cintura, y sobre su cabeza un jarro y un puco de cerámica pintado de rojo, junto a un pequeño recipiente que resultó ser una jarra reciclada de tipo Valdivia. Ella cuidó mucho sus pertenencias, reparándolas y reciclándolas. Pero Cuyen, además, les dio a los arqueólogos una señal que los conmueve y obliga a ser interlocutores de su voz para contar su historia: a ella también le faltan sus extremidades superiores. Algo que podría ser, arqueológicamente hablando, un tema de supervivencia diferencial de las partes del cuerpo a los agentes naturales destructivos o una practica funeraria. Esto significaría que las amputaciones observadas podrían ser post mortem, como parte de un ritual que desconocemos. Sin embargo, cuando ella mostró su rostro, no quedaron dudas… no solo sus amputaciones fueron en vida, sino que además el cuerpo de Cuyen sufrió muchas alteraciones para poder sobrellevar una vida sin manos. Su maxilar se proyecto hacia delante ya que su boca sustituyó a las manos; su dentadura parece una verdadera navaja suiza, con distintos sectores especializados en sujetar, gastar, modelar y cortar. Incluso presenta una separación o espacio entre los molares y la mandíbula que sugiere que llevaba cargas pesadas con su boca en forma habitual. Como consecuencia de ello, los cóndilos occipitales que articulan el cráneo con la columna vertebral están desviados y deformados, y varias de sus vértebras parecen haberse fusionado para soportar esa inusual relación entre equilibrio y peso. La vida de Cuyen no fue fácil. Al igual que Antu, creemos que fueron parte de esos sobrevivientes posteriormente automarginados, víctimas silenciosas de la forma en que el colonialismo español institucionalizó y materializó la base de su poder soberano durante las primeras décadas de su arribo.
Actualmente se están por reiniciar las excavaciones en el yacimiento Newen Antug, mientras continúan los estudios etnohistóricos, arqueológicos, bioantropológicos, genéticos y físico-químicos. Se espera saber más sobre estos antepasados, en especial se busca confirmar –con medios científicos y técnicos, como dataciones absolutas– la relación entre las amputaciones en vida y la falta de objetos del mundo occidental, así como la correlación entre la vida y la muerte de estas personas y el sangriento período histórico que caracterizó a las segunda mitad del siglo XVI, con la nefasta “guerra a muerte” contra las poblaciones indígenas de la región.
Las excavaciones del yacimiento Newen Antug son dirigidas por el arqueólogo Alberto E. Pérez, investigador de la Fundación Azara y coordinador de Arqueología y Etnohistoria de la Municipalidad de San Martín de los Andes. Los trabajos fueron financiados por la Fundación Azara, el Área de Prehistoria de la Universidad de Burgos (España) y la Universidad Maimónides (Argentina), a través de dos subsidios consecutivos de la Agencia Española de Cooperación Internacional. La Fundación Azara planea iniciar en los próximos meses la creación del Museo Arqueológico Andino-Norpatagónico “Newen Antug” en San Martín de los Andes que tiene como objetivo contar aquella historia a través del relato que en su cuerpo llevan escritos Antu y Cuyen. En suma, darle voz a los sujetos subalternos del pasado para poder entender y respetar la historia de los actuales descendientes de estos hombres y mujeres, herederos de este rol subalterno, invisibilizados, sin historia o pasado que brinde testimonio de su presente y su futuro.
Los descubrimientos que los investigadores de la Fundación Azara están realizando desde hace casi una década en la región están obligando a reescribir una buena parte de la historia de los habitantes originarios de esta región de la Patagonia.

 http://www.latitud2000.com/node/26836

Momia es rescatada por Dirección de Cultura

27 enero 2014 | -
En muy mal estado de conservación fue encontrado un cuerpo momificado en el interior de la Institución Educativa Mariscal Cáceres, por lo que fue rescatado por personal de la Dirección Regional Desconcentrada de Cultura.
El responsable de museos de esta entidad, Rodney Asto Palacios, indicó que el cuerpo se encontraba en un rincón de los pabellones y a la intemperie, expuesto a la lluvia y el sol, toda vez que el referido plantel es desocupado para dar lugar a una nueva construcción.
Según presumen los trabajadores de la Dirección de Cultura, esta momia pertenecería a la cultura Chanca, debido al pedazo de manto que lleva.
Según indicaron los que la encontraron, el pésimo cuidado que tuvieron es la causa de que le falte los huesos de los miembros inferiores.
Asimismo, detallaron que casi todo el cuerpo está pintado de rojo, lo que es un indicio que estuvo envuelto por algún objeto del mismo color.
"Tras el inicio de la destrucción de los antiguos ambientes, este cuerpo fue encontrado; sin embargo, se desconoce desde cuándo tiene signos de haber sido mojado con la lluvia, inclusive hasta por orine de perro", sostuvo Asto.
La directora encargada de la Dirección de Cultura comentó que ésta no es la única institución con este tipo de restos. Debido a ello planifican una campaña de registro y si es posible la recuperación de tan invaluables piezas.
Por su parte, el director de la institución, Sabino Carrillo, sostuvo que se están preparando los documentos para realizar la transferencia, a fin de formalizar este proceso, pues personal de Cultura ya lo recogió.
Mientras que respecto al mal estado de conservación dijo que se debe a que permaneció por varios años en uno de los almacenes junto con papeles de más de 50 años de antigüedad. Agregó que era utilizado como material didáctico hace años.
Por ahora, el cuerpo está en un ambiente protegido a fin de que seque, pues la lluvia lo maltrató, luego será expuesto en uno de los museos de dicha institución
 27 enero 2014 | -
En muy mal estado de conservación fue encontrado un cuerpo momificado en el interior de la Institución Educativa Mariscal Cáceres, por lo que fue rescatado por personal de la Dirección Regional Desconcentrada de Cultura.
El responsable de museos de esta entidad, Rodney Asto Palacios, indicó que el cuerpo se encontraba en un rincón de los pabellones y a la intemperie, expuesto a la lluvia y el sol, toda vez que el referido plantel es desocupado para dar lugar a una nueva construcción.
Según presumen los trabajadores de la Dirección de Cultura, esta momia pertenecería a la cultura Chanca, debido al pedazo de manto que lleva.
Según indicaron los que la encontraron, el pésimo cuidado que tuvieron es la causa de que le falte los huesos de los miembros inferiores.
Asimismo, detallaron que casi todo el cuerpo está pintado de rojo, lo que es un indicio que estuvo envuelto por algún objeto del mismo color.
"Tras el inicio de la destrucción de los antiguos ambientes, este cuerpo fue encontrado; sin embargo, se desconoce desde cuándo tiene signos de haber sido mojado con la lluvia, inclusive hasta por orine de perro", sostuvo Asto.
La directora encargada de la Dirección de Cultura comentó que ésta no es la única institución con este tipo de restos. Debido a ello planifican una campaña de registro y si es posible la recuperación de tan invaluables piezas.
Por su parte, el director de la institución, Sabino Carrillo, sostuvo que se están preparando los documentos para realizar la transferencia, a fin de formalizar este proceso, pues personal de Cultura ya lo recogió.
Mientras que respecto al mal estado de conservación dijo que se debe a que permaneció por varios años en uno de los almacenes junto con papeles de más de 50 años de antigüedad. Agregó que era utilizado como material didáctico hace años.
Por ahora, el cuerpo está en un ambiente protegido a fin de que seque, pues la lluvia lo maltrató, luego será expuesto en uno de los museos de dicha institución
http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/8233996/edicion+ayacucho/momia-es-rescatada-por-direccion-de-cultura

El DNI de los huesos

Se hallan en el mar, en bosques o en mitad de la vía pública, a veces íntegros y en ocasiones en muy malas condiciones. Pero no importa, porque en un tercio de las ocasiones los especialistas en ADN de la Guardia Civil ponen nombre y apellidos a los restos óseos que se encuentran.
Este es el trabajo del Área de ADN Mitocondrial -el que se hereda de la madre- de la Guardia Civil, incluida en el Servicio de Criminalística y cuya labor se conoce como programa Fénix, aunque éste en realidad finalizó en 2010, cuando la Universidad de Granada dejó de colaborar en las identificaciones y todo el trabajo lo asumió el instituto armado.
Desde la puesta en marcha de este servicio en 1999 hasta 2012 -los datos de 2013 no está disponibles- estos expertos han estudiado 1.331 casos de los que han resuelto 392.
Un ejemplo es el accidente aéreo de Barajas de agosto de 2008, en el que fallecieron 154 personas, tras el que este equipo identificó todos los restos óseos que lo requirieron "en un tiempo récord para ese momento": diez jornadas en las que trabajaron día y noche tomando muestras a decenas de familiares y cruzando datos.
Antes de entrar en sus dependencias, cualquier persona que no haya estado previamente tiene que dar una muestra de saliva, frotando la boca con un cepillo, para que su ADN quede registrado. También hay que ponerse una bata y una mascarilla.
Así se evitan contaminaciones y, en caso de que se produzcan, se sabrá que el ADN "intruso" es de un visitante, ya que una de las prioridades es garantizar la fiabilidad de los resultados.
El sargento Gonzalo Durán Ábalos, especializado en este trabajo, muestra un trozo de fémur mojado que será expuesto a un proceso de secado, se limpiará y se someterá a un proceso de rotura por criofracturación -a base de nitrógeno líquido- con el que se convertirá en polvo. Ese polvo pasa por varios procesos más hasta que se obtiene la identificación genética.
Esos datos se introducen en una base que se compara con otra en la que está el ADN de familiares de personas desaparecidas y, en un tercio de los casos, los restos óseos reciben nombres y apellidos y su familia da por finalizada una búsqueda de días, meses o años.
Sobre este porcentaje, el sargento Durán explica que "hay muchos casos que no se van a resolver nunca, porque son restos óseos proveniente de naufragios de pateras y sus familiares no van a reclamarlos".
Además, "España recibe mucho turismo y si los familiares del desaparecido no saben que estaba en España, puede ser que tampoco lo reclamen".
Otros restos han sido encontrados en fosas comunes cavadas durante la Guerra Civil y ningún familiar los ha reclamado.
"Si hay denuncia por parte de familiares sí que sale, aunque el hueso esté muy viejo y en malas condiciones, porque si se estudia con cuidado y hay un poco de suerte se obtienen resultados", asegura el sargento.
La identificación por ADN es el método más utilizado actualmente por su rapidez y por su fiabilidad de casi el cien por cien (el 99,999999 % exactamente), de manera que "no da lugar a dudas" cuando hay abierta una investigación, según Durán.
Desde 1999 se ha avanzado mucho tanto en métodos como en formación y ahora España está al mismo nivel que otros países europeos y que Estados Unidos, punteros en la investigación genética forense.
Obsoletos han quedado métodos como pedir a los familiares que identificaran el cadáver a simple vista o las huellas dactilares, aunque éstas se siguen utilizando.
Desde hace varios años, cuando se termina un estudio y no tiene un resultado positivo con la base de datos de familiares de la Guardia Civil, los perfiles se incluyen en un programa de la Secretaría de Estado, en la que también introducen perfiles la Policía Nacional y las policías autonómicas.
Lo mismo ocurre con organismos internacionales, con los que se comparten bases de datos para identificar cadáveres encontrados en España que son extranjeros, y viceversa.
El incremento en la eficacia va de la mano de un aumento en la fiabilidad, evitando contaminaciones que induzcan a error, ya que todo el trabajo se hace por duplicado: lo hacen dos personas que trabajan en días distintos y en distintas condiciones, y el resultado tiene que ser el mismo.
"Es complicado que haya contaminaciones, porque en nuestra área están muy supervisadas y se controlan en muchos pasos... Pero todo puede ser, porque es ciencia y todo es posible y nada es perfecto", dice el sargento, que asegura que "la ciencia tiende a que el error sea el mínimo posible y si lo hay que sea lo más fácilmente detectable".
El Área de ADN Mitocondrial no se encarga de casos relacionados con crímenes, que son competencia del Área de ADN nuclear.
 http://www.madridactual.es/20140125598538/el-dni-de-los-huesos?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+madridactual+%28Madrid+Actual.+Noticias%29